20040928

COPANO EN VALDIVIA / 2


Hoy vuelvo a Santiago

Continua escuchando la cobertura en Garganta Rotunda y Delira en Rock & Pop

Hoy publique 2 columnas. Una es mi debut en el portal de Guaton Lopez (www.sobras.com) que tiene altas expectativas del publico aca en Valdivia.

La otra es "El Sindrome Almodovar" que aparecio en el Diario Austral de Valdivia.

Un abrazo, NC

VALDIVIA, PRIMERAS HORAS
Leelo en http://www.sobras.com

Acabo de tomar un tren que me llevará a Valdivia. Acabo de buscar una nueva obsesión. Acabo de frustarme al no encontrar a la venta un cuaderno de hojas virgenes para relatar todo esto.

Acabo de sentarme y tengo frente a mi a Matias Vega. Estoy algo inquieto. Piñera acaba de comprar Chilevisión y mi padre se despide y me quedo solo en un bus con actores que van vestidos.

Acabo de ver a Pedro Machuca tras Diego Muñoz que duerme cerca mio. Acabo de recordar que cuando puber gustaba de una chica que se mojaba mirando sus fotos. No puedo dejar de pensar que Diego Muñoz arruino algunas de las horas mas imberbes de mi vida. Decido tomar un paseo y caminar por este tren sacado de 2001, Odisea en el espacio.

Cada vez que cruzo una puerta toco un sensor. Acabo de cruzar una puerta a presión. Llegue a un lugar paralelo. Hay una anciana, un niño durmiendo. Es como encontrarse con una nota de “La Nación Domingo”. Ellos no salen en la tele. Decido retornar.

Luego de departir con periodistas, observo por la ventana desde un Berger que cruza zonas inhabitables, bosques, poblados sin tv cable. El lado B de la carretera. Andres Wood sonrie. Bodenhoffer conversa. No puedo dormir.

Despierto en un bus con el Soundtrack de Almost Famous. Como cabala coloco “Tiny Dancer” y en un televisor aparece Viggo Mortensen en una cinta lamentable. Todo circula en torno a Caiozzi. “Cachimba” explota de noche. Llego a un hotel 5 estrellas. Me tocan las piezas de 3. No brillo en el universo.
Con el paso de las horas no puedo dormir. Y me da la noche, en un teatro frio. Nos recibe el Orfeon municipal.

Y se extiende Chiclosa y lenta “Cachimba”. Aplaudimos. Terminamos. Acaba de sonar mi celular. Acabo de escribir con un lapiz pasta sobre un diario regional. De pronto he regresado al hotel. Comienzo a tipear en Word.

Decido enviarselo a Lopez. Acabo de recordar que escribo una nota sobre su panza en Rolling Stone. Acabo de llegar a la conclusiòn de que esto no es correcto, que es potencialmente criticable, que es transar con tu entrevistado. Acabo de recordar que la nota acabo hace un mes. Acabo de recibir el llamado de mi familia. No hay pecado en mentir. Cuando me doy cuenta que he acabado esta nota me veo en el reflejo de la pantalla llorando. Me quedan muchas peliculas que observar.

La vida apenas comienza.

EL SINDROME ALMODOVAR
Leelo en http://www.australvaldivia.cl

Tengo un serio problema con todos los filmes de Pedro Almodóvar y el más conflictivo de todos, es saber que no poseo dentro ni una pizca de homofobia, que pertenezco a una generación rellena de libertades individuales y que en los colegios, los barrios e incluso en mis círculos el poseer conocimiento de que la elección sexual de una persona no es la mía no me produce escalofríos. Por ello lo complicado de opinar acerca de un film de estas características: el desafió es no quedar como un troglodita del siglo XIX que aún cree en los valores del macho que parodia la libertad de quien ha elegido el difícil camino (todavía, en estas sociedades inmaduras) de ser homosexual.

Entonces ¿Cuál es el problema de "La Mala Educación" de Pedro Almodóvar? ¿Por qué perder el tiempo leyendo esa introducción sicótica con sabor a progre? Básicamente porque "La Mala Educación" puede llegar a ser sobrevalorada por un sector de la crítica que goza mas de la estética que de una buena historia. Más de la presencia de Gael García (a pesar de que no hay parangón entre Cristian Castro y García, el segundo al menos tiene potencial, a los dos generalmente se les entrega más estrellas por "lindos" que por talentosos) que del resto del elenco.

Tengo mis dudas si existen las cintas buenas por ser de Almodóvar o de Lars Von Triers. El cine de autor siempre tiene ese sabor a club de fans que vuelve los pulgares de los expertos una cuestión predecible. La historia de "La Mala Educación" no es mala, ni tampoco aburrida, pero no es una revolución de un director con el cual siempre se espera sorpresa y revolución desde los ya lejanos noventa. Al final el peligro es terminar contagiado del síndrome Almodovar: ese que te regala los aplausos por moda.

Por Nicolás Copano, Enviado Especial Rock & Pop




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