20040922

Cronicas de Septiembre 18
MACHUCA
Por Nicolás Copano

Chile es un país de islas (geográficas, ideológicas, económicas) con una dudosa historia en común (conquistadores heroicos que torturan, historiadores que ensalzan mitos ficticios) donde cientos de Machucas e Infantes se cruzan todos los días. Se miran con miedo en las micros. Respiran tranquilos cuando llegan a sus fronteras y se integran a sus territorios. El Chile de los pobres (ese que se huele y se sonríe, ese que disfruta del lodo) y el Chile de los ricos (el que camina por el Apumanque mascando chile) se enfrentaron para buscar ganadores, con escudos y manifiestos, bandos armados e ideales. Finalmente perdimos todos.

“Machuca” es una crónica de un fracaso histórico: la integración de menores de escasos recursos a un mundo que jamás les va a pertenecer: el de las casas temperadas con televisor prendido y una nana que les tiene la leche lista al llegar del colegio. El triunfo fue de los que pudieron sacar ventaja de eso e inteligentemente aprovecharon la oportunidad de tener una educación mejor. Pero la mayoría, con la banda sonora de los fusiles de fondo, no pudo obtener mas que migajas que se quedaron pegadas en los manteles de las mediaguas de las que no pudieron salir jamás. Ese es el relato de Wood en Machuca. El relato de la caída de un proyecto. Una búsqueda desde la ficción de nuestras verdades mas negadas. Un ajuste de cuentas con lo mas reciente de nuestra historia.

Muy bien ambientada, “Machuca” juega con contextos universales desde campos personales. La aparición de Pedro es solo un subterfugio inteligente (y válido por lo demás) para contar la leyenda de un niño rico con carencias afectivas que se interna en un mundo de carencias materiales. Ninguna de esas dos faltas las dos se soluciona en la cinta. Desde ese ámbito, solo nacen preguntas objetivamente son difíciles de contestar. Depende de donde nazcas, de la isla donde habites. De tu historia personal y tu histeria intima. De la bandera a la que adscribas. Ese es el principal merito de la cinta de Andres Wood: es una película pasional que devuelve al país eso que ya no tienen los partidos de fútbol: la oportunidad de definirte frente a algo, mas desde el corazón que de los puños. Es mas partidaria del llanto y la sonrisa, que del fusil y la violencia.

Pero en “Machuca” las respuestas respecto al amor y la amistad se encuentran internadas en los mas oscuros recónditos de la cultura Disney, y esa es su gran falencia: el abuso de los recursos efectivistas. La película transforma lo que quizás debiera ser reflexión en lagrimas y eso la transforma en una canción de Cristina y los Subterráneos: posee buen ritmo, pero la letra es familiera. Pero si a las cintas con leones que hablan y magos que cantan sobre nubes se les perdona el uso de la muerte como articulo de consumo (venta de boletos, histeria de niños que no saben donde termino la madre de Bambi o el Padre de Simba) “Machuca” puede correr la misma suerte. No se le puede juzgar por el mismo pecado.

Y por ese motivo, por volver sensible a quienes nos reímos con las desgracias de película (¡cientos de personas mueren calcinadas culpa de una llamarada gigante lanzada por una nave espacial digital! ¡un discurso emocionante de un presidente negro! Esto si que es ficción amigos!) se transforma en un clásico del cine nacional. Cinco estrellas. No me pregunten mas. No me pregunten por que. No puedo dejar de llorar.

1 comentario:

  1. holas holas copa dl pueblo, me dio lata leer la wea, un consejo si queri q te posteen por el contenido, es decir por lo q escribiste, escribe menos, pero q llegue y sea preciso, eso nu más eris mu wena onda, metete a mi blog y postea, ia xau aioz loser.

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