20051104

LAGRANINVASION

Yo no sé, si mi generación vio tanta tele. Mi ex novia no se acuerda de los Tiny Toons. Me salvé de golpizas con los métodos del CQC Argento. Traté de conquistar chicas con la mirada de Kevin (“Los Años Maravillosos”). Fui a Estados Unidos mirando Cachureos...

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7 comentarios:

  1. Los Tiny Toons un neoclásico. Los veía como el 92

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  2. Anónimo7:14 p.m.

    Oiga pero...este blog lo va a seguir actualizando, o hay que cambiarse de casa...(?)

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  3. Supongo que medium no reemplaza a este sitio...supongo

    Saludos Copano

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  4. Anónimo3:25 p.m.

    Yo no sé, si mi generación vio tanta tele. Mi ex novia no se acuerda de los Tiny Toons. Me salvé de golpizas con los métodos del CQC Argento. Traté de conquistar chicas con la mirada de Kevin (“Los Años Maravillosos”). Fui a Estados Unidos mirando Cachureos. Dejé botada una prueba para ver la caída de las Torres Gemelas. Postergué la universidad por integrarme a una productora. Y hablar por la radio. Y escribir acá. Para pelear menos solo.

    Cuando tenía 8 años me regalaron un Personal Aiwa. Me quedé horas escuchando a Carcavilla en Radio Manquehue. Gente de mundo en la Zero. La Grúa con Pato Cuevas. Los Magníficos de la noche en la Minería. Qué y Por Qué con Paulsen. Mi primera grosería la aprendí con los Bacalaos Daos. Eso fueron los noventa. Todo era perfecto. Y había Zona de 6 paginas. ¿no se acuerdan?

    Los domingos me leía completo el diario. Coleccione la Rolling Stone. Leí sagradamente a Gumucio y Villegas. Me formé con el Clinic. Robé la Zona de la biblioteca. Mastiqué esquinas del Mercurio. Intente analizar con mis amigos los titulares a pesar de que nunca me pescaron mucho.

    Y por eso preferí los medios frente a mi propio grupete de “amigos”. Es que la cultura pop jamás me mintió y se peleo mi atención cuando era más feo, más agresivo y más parlanchín también. Cuando viví esa etapa de mierda llamada pubertad. Explosión de pena, pelos y hormonas.

    Con el paso del tiempo la vida me llevo a trabajar con la gente que escuchaba en la radio, los tipos que miraba en la tele y los genios que leía en el diario. Y con eso muté, me decepcioné, mentí, resucité y me fui transformando en el invasor de ahora. Así me sentí menos solo, pero también me pelié conmigo mismo y con los demás: con las suegras, mis profes, mis padres, mis novias. Pero encontré a otros humanos en el camino y ahora estamos acá: escribiendo el late de mi vida y buscando nuestro destino. Armando el guión de ese gran programa que alguien va a recordar en el futuro. Rezando para que no me tenga que colocar un casco y se vea truncado mi destino culpa de un bayonetazo en la pierna y una probable muerte en el desierto.

    Esta es la épica de la gran invasión, buscando a esa chica que me quiera, peleando ese espacio con sudor y sueño. Básicamente esperando el milagro que me quite la ansiedad y me regale una noche para pensar en nada. Mientras tengo a la tribuna detrás, aplaudiendo e insultando. Mientras los puños sangran y mis dientes apretados se gastan buscando acabar este blog para siempre. Y que llegue un sucesor que releve el relato para sonreírle y decirle “Dale. Se puede.
    Muy buenas noches, bienvenidos al show”.

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  5. tu ex novia era perfecta imbécil.

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  6. Anónimo5:26 p.m.

    si uno cada mañana muere e intenta por las noches solo resucitar,cuando te roban las fuerzas y la suicida magia esta a punto de saltar.Que hay durante el alba mas miedos y mantiras,y sin ellos que puedo cambiar?

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