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DIGASELO A TODA LA HUMANIDAD
Un Cuento para Comenzar el invierno
ELREFRIGERADORGIGANTE
Nicolás Copano
Los Ángeles es un pueblo al sur de Concepción al cual no se llega por la supermoderna carretera Laguista. Cientos de ciudades, cuyo orgullo se resume en el rostro satisfecho de un alcalde UDI con un sombrero huaso, se borraron para siempre de la ruta demarcada por la Turistel del año. La vieja estructura vial acumula gigantescos forados y solo los camiones de reparto para supermercados regionales (que generalmente llevan nombres de caciques) junto a buses de moderna factura con nombres como “Jotabus”, “Cota-mar” y otras rarezas adornan la carretera, adornada por gigantescos pastizales meados por mochileros gringos.
El lugar se divide en dos lugares: la urbe, donde la única gracia es un mall igualito a los de Santiago, atendido mayoritariamente por gente con rasgos indígenas (no hay señal mas clara de la globalización que un Aucan Painiqueo sugiriéndote agrandar el combo por 200 pesos) y el campo, donde conviven súper millonarios dueños de fundos con lecherías controladas por computadores y campesinos pobres que tapan las ventanas de sus viviendas con plásticos y visten a sus niños con colores opacos.
Ahí viven los Martínez. La señora Silvia, el viejo Sergio, las niñitas y el bebé. Los caminos son de tierra. En invierno, el frío, las ventiscas, las nubes amenazantes, los temporales, los lodazales y la escasa red de comunicaciones (dos teléfonos públicos en kilómetros) configuran un escenario desolador. Los alambres de púas que cuidan los campos de rateros y perros salvajes se vuelven mas amenazantes cuando empapados gotean el agua de la lluvia que se fue y el ruido del viento invita a que rápidamente los compadres se reúnan en las grandes casas de madera a tomarse un trago.
Sergio Martínez no es un hombre cualquiera. Le dicen “Pepito” por inexplicables motivos y lo conocen en todo el lugar. Es alto, de piel morena y grandes orejas. Su mujer, la Silvia, vive de la venta de Mermeladas de campo y así mantiene a sus dos hijas colegiales y a un pequeño retoño de solo 2 años que gusta de Martillar y le tiene miedo a las gallinas. Martínez no sabe de castellano, física ni química. A los 10 años le dijo a su padre que el doctor con que se atendía le había recetado no ir más a la escuela. El viejo nunca mas lo envió. 50 años más tarde, tampoco aprendió economía. Su único sistema de negocio es el trueque: por trabajar unas horas en un campo, recibe frutas o verduras. No tiene correo electrónico. No tiene previsión. No tiene horario. Solo tiene claro que siempre hay un espacio, cuando se acerca la noche, para llamar a un compadre, sacar los Belmont y tomarse un buen enguindado para pasar el frío.
Así, como cientos de veces, sucedió esa noche de Julio. Como siempre, la luz estaba prendida a las 5 de la tarde como si fuese de noche. Los truenos sonaban de fondo y el Néstor (como llamaban a Ernesto, quien a su vez era ex compañero del papá de Painiqueo, empleado del mes del único McDonald`s del pueblo) estaba en la mesa. Las niñitas estaban en la cocina y habían decidido irse a acostar para estudiar sus textos. El pequeño retoño miraba un DVD pirata comprado en el Terminal de buses de Alicia en el país de las maravillas mientras tomaba su mamadera con los cachetes iluminados por un espantacuco rojo.
Las horas pasaban. Los diálogos eran básicamente los que se pueden esperar de los hombres de campo: básicamente lamentos. “no es así, no, no, no”. “ah, ¿y fuiste a dejar el trigo donde la señora Enriqueta?” “yo me acuerdo que cuando era chico los cabros no eran tan diablos, no señor” “tome no mas compadre, tranquilito”.
Cuando ya se acercaba la medianoche, Néstor no hablaba. Sergio balbuceaba y reclamaba por que las cosas cambiaban muy rápido. Los niños ya dormían y Silvia, luego de haber visto Sin Prejuicios había lavado la loza. El violento, seco y sorpresivo golpe no llamo la atención de nadie. “Pudo haber sido una rama contra alguna de las ventanas de la casa” pensó la mujer con las manos arrugadas, rojas y con olor a lavalozas. En su debate imaginario, a cuyas palabras respondía Néstor con un “estoy de acuerdo. Esta cosa debería terminarse ya”, Martinez se quejaba de las bajas pagas de Soprole a los productores locales de leche, como todas las veces en las que se sentaba a dialogar con alguien, en esa mesa que daba a un gran ventanal que miraba un potrero con un galpón lleno de vacas.
Al salir de la cocina (lugar por donde extrañamente entra todo el mundo en los campos, a pesar de tener una clásica puerta de ingreso) Silvia vio el rostro del compadre estampado en la mesa como un dibujo animado. Acelerada se acerco y le tomo el pulso. Su marido seguía llenando el décimo vaso.
- Pepe, se murió el compadre –
- Estás loca…mujer…como se te ocurre …como…se va a morir mi compadre…-
Justo comenzó la lluvia. Y el ambiente era una guerra. La muerte estaba en el living, el teléfono cortado. Los relámpagos, misiles, los truenos bombas. Los niños seguian durmiendo, como habituados a los gritos y los ruidos. Néstor no tenía nada que perder con otra copa. Si se moría hoy o el mes que viene, no tenia ni una cuenta que pagar, ni una deuda que saldar con una casa comercial. Había por suerte cumplido con el diezmo en la última misa y nunca había violado a nadie. Hay gente condenada a lo terrenal. En ese grupo están los gerentes de mega empresa, los compañeros de curso, los que escriben cuentos para ahuyentar el fracaso (y no recibir una mala nota por ausencia) y los enamorados. Acá no había ninguno de ellos en kilómetros. El refrigerador gigante quizás mantenía vivo también a Pepito, a quien le diagnosticaron un tumor cerebral semanas mas tarde. Lo más probable es que esos perros salvajes fueran Zombies. Pero nadie sabe en ese lugar que es un zombie. Eso nos queda a nosotros que nos preocupa tanto la vida, que pensamos que hay seres que después de acabada pueden recuperarla para tomar jugo con pajita de nuestras cabezas.
Un sobrino de Sergio salio a buscar a Silvia en su camioneta. Estudiaba administración en un instituto y esperaba heredar la lechería. Sin frialdad tomaron al finado y lo lanzaron en la parte de atrás. Subieron al auto y aceleraron en medio del lodazal. El cuerpo estaba mojándose por la misma lluvia que lo vio crecer. No estaba desnudo, pero acumulaba el agua y aumentaba extrañamente su peso. Se endurecía como una estatua y el chofer pensaba en su primera comunión (que había compartido con Painiqueo, con quien años mas tarde se había encontrado en el pueblo en un local de fotocopias) mientras mi tía miraba por la ventana y pensaba en que mañana tenia un par de encargos que entregar un par de parcelas mas abajo que la suya.
Al llegar al hospital, fue poca la sorpresa. Hablaron con un medico en la urgencia, quien envió una camilla y a un par de flacos enfermeros que levantaron el cuerpo con todas sus fuerzas. Ellos se quedaron esperando, por respeto mas que cariño, para saber de que había muerto el Néstor. Otro compadre que se iba del mundo. Un amigo mas de los que pululan sin saber que afuera existen los mensajes de textos y el Messenger al cual tan fanaticos salieron todos los cabros chicos.
El medico examino con el enfermero (compañero del que atendía el McDonalds del shopping en la Universidad regional) y luego de ver como al presionarle el estomago escupía una espantosa bilis con olor a vinagre, llegaron a la conclusión de que sufrió una cirrosis.
- Tranquilos, no es culpa suya, se pudo haber muerto de vuelta a su casa – Dijo el doctor con todo el delantal teñido de manchas rojas.
Silvia regreso a las 5. El poblado se había enterado 20 horas mas tarde cuando ya todos habían ido a comprar pan donde la señora Enriqueta (dueña del almacén de abarrotes y galletas vencidas hace años). El sepelio se hizo a la mañana siguiente (día sábado. No hay nada peor que un funeral cuando empieza el fin de semana) y la misa la efectuó un cura alto, moreno, y con un reconocible rostro mapuche. El padre Painiqueo, hermano del muchacho de los McMenús, se dirigió a los presentes:
“Hermanos, la muerte es una nueva oportunidad y un mundo de tranquilidad donde nos encontraremos con nuestros seres queridos y viviremos en comunión con Cristo Jesús y la gran gracia de Dios. Acá en la tierra, nuestra lucha de todos los días, por arar la tierra, por sembrar el trigo, por sanar nuestras llagas, es solo un preparativo para la entrega justa del paraíso. No debemos olvidar que estamos de paso y por mas que suframos la salida de alguien, tenemos que saber que en otro lado, podremos un nuevo momento para poder encontrarnos”.
Sergio Martínez, en medio del funeral, se pregunto si podría invitar a su compadre a un ponchecito en ese lugar tan alejado del refrigerador gigante.
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ResponderBorrarxD gracioso
ResponderBorraryo vivo en Los Angeles pero no en el campo. con el relato da la impresion de que la vida en Los Angeles es asi y no es cierto. Tampoco voy a decir que es una ciudad la raja y que es lo mas divertido que hay, de hecho si no tuviera amigos tan cagaos de la cabeza como yo me aburriria mas que la cresta. En Los Angeles hay algo, minimo pero algo, de apoyo a bandas musicales locales, de las cuales hasta hace un par de años existian unas cuantas bastante buenas, de las cuales resalta Primavera de Praga, ahora solo hay EMO (o hardcore melodico o ocmo se quieran llamar) y metaleros. El alcalde Joel Rosales (UDI, acusado por evadir impuestos y mal usos de dineros municipales hace unos cuantos años cuando trabajaba en Laja -pueblo al nor-oeste de L.A.- el muy sinverguenza) junto a la municipalidad se han preocupado de tener varios espectaculos para darle algo mas que hacer a nosotros para no tener que recurrir a ese asqueroso mall lleno de minas reggetonas y weones con gorros de camioneros con chapitas. Ejemplo: el verano que recien paso tocaron en la ciudad bandas como Polter, Primavera de Praga, Sinergia, Los Jaivas, El Temucano, Sexual Democracia, Chancho en Piedra, entre otras que no recuerdo.
Tambien cabe mencionar la maldita caracteristica de la ciudad, tener las estaciones demasiado marcadas, es decir, en invierno te cagai de frio y en verano te cagai de calor. Por suerte ya estoy en Santiago respirando su limpio aire lejos del frio y el temporal que hay en el sur. De vez en cuando es simpatico ir a Los Angeles, algo asi como una vez al mes, ves a tu familia, ves a tus amigos que te cuentan las mismas cosas que venimos haciendo desde hace años, vas al mall y te acuerdas de toda esa manga de estupidos adictos a la discoteque de moda (la cual cambia cada tres meses promedio).
Ni se imaginan como estaba esa ciudad para cuando murieron los de Antuco. Me acuerdo que iban a tocar los Inti-Illimani en una semana porque era el aniversario de la ciudad, y se suspendio todo por culpa de esos milicos weones que mandaron a morir a los pobres cabros. Asi que en vez de tener a Inti-Illimani tuve a miles de camiones de todas las cadenas de television, a mil periodistas, a Amaro Gomez Pablos, y miles de velatones como les llamaban, la plaza llena de velas, las casas y un ambiente a funeral constante que se extendio por algo asi como un mes.
OK seria lo que puedo decir en resumidas palabras de aquella ciudad perdida entre Concepcion en Temuco, que empezo a salir en el pronostico del tiempo en los canales solo desde que paso lo de Antuco.
saludos Copano
OK. otro más?
ResponderBorrarDigo, p´amenizar la cálida noshe de santiago. Nunca es malo
saludos
la fomeza está en la cabeza...
ResponderBorrarsi, quizás. me reí.
ResponderBorraren el campo donde voy, la gente trabaja en las viñas. cuentan que el extranjero paga mejor que el compatriota, y les hacen precios especiales por las cajas.
me gusta el campo, a ti?
la lectura larga me latea pero lei un poco y igual esta weno *_*
ResponderBorrarMM, debo admitir que no leí el post pasado ni éste, que también es bastante largo. Bastante.
ResponderBorrarMe gustaban más los post de antes.
De mi gusto. Cool.
ResponderBorrarOye Nico.. lo que te dije por msn era en buena onda.. es solo pra que no te conviertas en un aviso publicitario con vida propia.. tranquie. jajaja. Se me cuida.
Excelente post y el anterior...es más...he leído casi la totalidad (remontándome a aquellas fechas de tus archivos en las cuales yo ni siquiera sabía que existía el "blog") y me sigue pareciendo interesante. Tu perspectiva de la sociedad me es grata y la ironía sigue siendo el humor "inteligente". De todos modos, no tiene por qué ser entretenido, de hecho, me causa una cierta crisis reirme de la ironía cuando estas no son más que una triste radiografía de la realidad. Excelente Copano.
ResponderBorrarbien el post lo unico que me da lata es que mucha gente de santiago cree que el sur esta lleno de pueblos lateros y que no existe nada ,si ser ciudad es estar lleno de smog, tacos y gente psicopatica santiago seria la mejor ciudad, el sur tiene la magia de ser mas tranquilo pero no por eso somos retardados que no tenemos personalidad ni conocemos lo que es un sms
ResponderBorrarmario,de conce, capital del rock chileno
Jijiji hemozo post nico !! Bueno yo vivo en Talca septima region de Chile, e igual hay mucha zona rural por aca, mucho campo, pasto, cerros, pero la ciudad ufff es cosa seria, smog, ruidos asquerosos, muchos ciber, no esta lejos de ser una copia santiaguina...Tiene en todo caso esta region unos lugares maravillosos para la cordillera, el radal 7 tazas que es un tesoro, a pesar de que no conozco mucho mi zona, en el verano fui a la cordillera, fue precioso en toso caso, el agua cristalina toos eso, Yo prefiero la ciudad, y es por algo de costumbre, En fin cuando tenemos las maravillas tan cerca como que no las tomamos en cuanta, y las valoramos cuando estamos lejos de ellas....
ResponderBorrarme agradan tus artículos, son fáciles de digerir, pero creo que faltó un poco de síntesis y ortografía...Aunque igual me agrada leerlos
ResponderBorraresepraba otro tipo de final.... de apoco se fue desinflando hasta casi latear....
ResponderBorrarme gusta tu estilo, lo seinto espontaneo y con energia.... como consejo trabaja en la estructura y un final mas potente...
saludos de Rancagua
...Y otrooo!!!
ResponderBorrarTa mejor que el anterior
más corto, preciso y conciso
Siga no má Don Copano!
Bueno ...así es el sure pues
(pero es mejor que Santiasko, en todo caso)
/Saludos
Reverendo saco de hueas, cómo se te ocurre hablar así de Los Angeles que es mas limpio que tu cagá de Santiasko.
ResponderBorrarAhhh, y para peor. En la radio te escuché recomendando (para variar dijiste que esa amorfa te calentaba) el programa de la Calabi.
Cómo vas a recomendar el programa de una huevona tonta que lee las pregunts delante de Noel Gallagher.
Mal Copano. Desde que te abandonó Constantini, todo mal.
Conozco los Ángeles. tu descripción no esta muy lejos de la realidad, por mas que aleguen los oriundos de la "ciudad de dios" (no lo tomes como la película). Un lugar que se divide drásticamente entre los católicos y evangélicos.
ResponderBorrarEn el campo donde voy a la fuerza en verano se encuentran familias como la de Martínez.. son una especie en extinción.
Saludos compano! eres mi compañia en las noche sde estudio de los jueves!
te vi ayer en el Clan, estuvimos bailando y hablando un rato, pero en persona eri mucho mas fome que en la radio y la tele y un poquito mas feo tambien, ademas igual como que te jurai estrella de Hollywod o no?, me caiste bien pero si fueras mas normal seriai mas interesante, baate los humos po!
ResponderBorrarCopano recién está en
ResponderBorrarprimer año de la U, recién en
el primer mes de Periodismo, con 20 años es super-lógico que pueda equivocarse, redactar más o menos
no poner un final, si está recién comenzando. Y tiene sentido del humor, eso no lo tiene cualquiera.
No está haciendo un Magister ni un Doctorado en la U de Cambridge. Sino se nos cae el Copano, dénle ánimo, no lo aportillen tanto pues!
/Saludos