Nicolás Copano 24/7

EL AÑO DEL CEREBRO APRISIONADO
Por Nicolás Copano para LND, 31 de Diciembre de 2007

¿Cuánto contenido anual se puede sintetizar en una columna? ¿Cuántos tags etiquetas, en lenguaje blogger caben en una hoja de papel? Partamos por mi ego. En lo personal, este año fue el más brillante en lo que respecta a los misteriosos caminos del pop: descubrí lo que es la televisión diaria, que aunque sea a pequeña escala le entrega parte del alma al taxista, escolar o al compadre que te agrega al Messenger por la buena onda y se acuerda de ese chiste sobre la vida personal de uno preguntando por la polola.

Así perdí parte de mi vida privada, como todos los demás que también sintieron como las cámaras de video móviles o la facilidad de subir una secuencia a YouTube podían cambiar de un minuto a otro el curso de sus vidas. De la desconocida Naty a los jueces de "Primer plano".

Desde esa ardilla de un viejo programa japonés que tiene un ¡chan! impreso "dramatic chimpmunk" hasta el Donald, un entrañable borracho que canta "es un verano naranja" mientras tiene reflujos frente a una botillería de San Bernardo. Todos filmados, editados y tributados hasta la saciedad.

YouTube no es un espejo, es probablemente la mayor deformación de la humanidad de todos los tiempos, y por eso se ganó nuestros corazones probablemente para siempre. Porque tal como al jugar videojuegos o ir al cine, es parte de nuestro escapismo natural. Porque no es una moda, es un medio donde se establece algo que no se detiene: el estallido de la información. Bienvenidos a la era del cerebro aprisionado entre pendrives.

Todos esos datos percolados contruyeron la cultura popular de un Santiago gris, con manchones de colores en el pelo de los pokemones y pateado por un sistema de transporte vergonzoso. En un momento donde hay mucha plata en la calle, fue una caricatura de nuestro avance: buses nuevos que funcionan como el orto, el Metro con guardias que llevaban sables láser al estilo Skywalker. La rebelión de seres comunes y corrientes indignados por no poder llegar a tiempo a su trabajo.

Desnudos todos los Soto, mirando en la tele como los famosos se subían a las micros y sufrían como si estuvieran en Bosnia, empezaron a hacer otras cosas.

Hoy ningún estelar supera los 20 puntos de rating; la banda ancha es accesible desde los cibercafés de barrio y los notebooks están al alcance de una clase media dispuesta a chatear desde la cama y bajarse los discos, destrozando de paso a la industria discográfica. El modelo clásico de entretenimiento colapsó en todo aspecto.

A medida que avance 2008 iremos descubriendo más claramente hacia dónde se dirige esa majamama de locos desarrollando contenidos para el vecino y subiendo sus datos personales a tal punto que ahora, gracias a Facebook, ya sabemos quién termina su relación con quién antes de que nos lo cuenten por teléfono.

El primer año sin la figura de Pinochet presente físicamente fue el inicio del destape. Un sabio amigo mío plantea que Chile saldrá del clóset en 2008. Yo creo que Chile ya salió, y que sólo falta que nuestras elites despierten y se den cuenta que estamos viviendo una época descontrolada.

La "wasted generation", a la cual pertenezco, tiene sus petardos de celebración listos. Vamos a tomarnos el mundo, lento pero seguro. Escuchen el disco de los Fother Muckers, bajen por Miro los peores momentos de Britney Spears, suban el volumen de la radio cuando suene Justice y a carretear que el mundo se va a acabar. Feliz año nuevo, viejo, lo que sea.