Nicolás Copano 24/7

Para Entender Las Coeficiente Dos.
Por Nicolás Copano.

Ya es Julio y en la esquina saludan como los Teletubbies en su mundo las pruebas coeficiente dos. El único periodo en el que se estudia en todo el año. Alertado por los rojos decides tomar medidas para no pasar acompañado de Baldor las vacaciones. A continuación algunos datos de supervivencia y cultura estudiantil que nadie debiera dejar pasar. Fracaso por dos. Victoria por dos.
Todo comienza en un curso no muy lejano, la vieja historia se remonta cada año a Mayo cuando el profesorado ilusionado por encontrar un solo alumno que se preocupe, coloca las fechas de las pruebas en el diario mural del curso (esa pegatina de insultos, noticias recortadas y santitos para encomendarse en caso de emergencia) para que sus adorables integrantes comienzen a prepararse para el proceso con anticipación y responsabilidad. En un país desarrollado esto funciona. Pero nuestra identidad local vuelve algo imposible que algo asi suceda, de forma que el pánico se siembra en semanas mas tarde por accidente, cuando alguna despistada compañera, revisa poco antes de la fatidica fecha y por un motivo inexplicable su malgastada agenda fluorescente. Entre un par de Stickers de Bob Esponja y envases de helado de inexplicable procedencia descubre que esta a dos semanas de la fecha limite: la prueba de castellano. Suspirando y chillando (como siempre) expresa algo asi como “chucha, tenemos la coeficiente dos de lenguaje”. La noticia se expande como Virus en KaZaa. La religiosa reconversión del desorden comienza con los primeros silencios en la sala luego de meses sin tomar atención en clases. Los inspectores sospechan por el sorpresivo silencio del consumo de fuertes alucinógenos. El paso de las horas empeora con la llegada de los profesores que deprimidos expresan su preocupación por la altísima tasa de repitentes, cada año peor que el anterior. En ese segundo la cosa se va a negro y se firma un TLC de emergencia con el perno del curso, quien entrega ingenuamente su cuaderno a su mejor amigo, que se encarga de distribuirlo ilegalmente a buen precio. Messenger se llena de Nicks del tipo “estoy estudiando. Matematicas sucks.” 72 horas mas tarde cambia a “estoy perdido. Me saque un rojo”. En ese instante, tu futuro laboral se refleja en un carrito de completo. Las esperanzas se fueron definitivamente a otro barrio.
Las C2 tambien pueden arruinar tu vida amorosa: Los últimos resabios del otoño, sumado a la temporada de controles acumulativos (¡canjea tus notas ya!) abren una temporada mística de romanticismo traicionero, donde uno se cree realmente dentro de una película de John Cusack. Traicionado por el ego al lograr por fin tener a la presa deseada luego de haber vendido tu dignidad al gel y a los discos de Linkin Park tu felicidad interna aumenta proporcionalmente con la caida de tus calificaciones. Con la virginidad recién perdida y un ramo de rosas en la mano la primera reunión de apoderados provoca quiebres familiares que dejan a “Bienvenida Realidad” como un programa de humor. Como en el Titanic los besos se disfrutan desesperadamente a la salida del colegio, para llegar a casa a repasar las materias que se van a olvidar en vacaciones de invierno. Estresado por recuperarte y encumbrarte al 4,5 decides aplicar “Quality Time” los fines de semana con tu novia. Pero te das cuenta que es imposible mantener eso en orden por tu esquizofrenia interna provocada por los días nublados encerrado durante ocho horas en los pasillos del colegio, lo cual provoca constantes depresiones impulsadas por los mensajes al celular del tipo “te hecho de menos. Creo que no nos tenemos que ver nunca mas” que te envía tu pareja justo en el momento en que el mundo se te cae encima. En ese momento aparece justo ese personaje que con mucho mas tiempo libre que tu toma ventaja, y así quedas como un infantil alfeñique con malas notas, sin futuro, debil y cansado de existir. La naturaleza confirma la tendencia: a los pocos días recibes un llamado telefonico con su voz y mekano de fondo que dice “el mundo es muy deprimente para deprimirse de dos. Cuidate”. Con el vidrio empañado de la habitación de tanto sollozar tomas los cuadernos y comienzas a prepararte para las pruebas con una fuerte dosis de resignación y una minima concentración. Es la soledad Coeficiente dos.
Finalmente no podemos dejar de disfrutar la temporada con la aparición del Nerd Autoflagelante Para muchos seres humanos es casi imposible concebir que alguien pueda ser gracioso e inteligente a la vez. Por tanto, el Nerd al cual todos desprecian se transforma en el emblema de la sabiduría para el consejo de profesores, (al mismo tiempo que el rapero de temáticas ambiguas es el estandarte del arte, como no) aburrido y amargado, comienza a amargarle la existencia al resto al repasar en grupo durante los recreos la materia (demostrando su “infinita superioridad” potenciada por tomos de la enciclopedia Salvat de la fauna que estudiaba cuando se quedaba solo los sabados en la noche)donde generalmente solo el se entiende y grita como desaforado “¡voy rumbo al fracaso, tengo promedio 6,4!” provocando gigantescas ganas de asesinarlo de parte del alumnado. En el periodo coeficiente dos su protagonismo se ve aumentado, ya que inmediatamente aparece luego de la entrega de los resultados, con su sonsonete molesto preguntando “¿Cómo te fue a ti en la prueba?” y sonriendo cínicamente cuando uno expresa su lamentable resultado o tremendamente molesto cuando uno lo supera por un par de decimas. Memorables son sus llantos al caer estrepitosamente, cuando promete venganza y es capaz de asesinarte con la mirada solo por su lamentable resultado.
Bueno, todo eso ha evitado que postee en mi propio Blog, escriba notas en la Zona, haga mi segmento en radio ente otros . Si ud. no lo comprende, revise si tiene un freezer en la cabeza y le colocan comestibles cuando abre el estomago: en ese momento, se dara cuenta de que ud. es un refrigerador.